Cuando recorríamos la belleza histórica de Quito, nos encontramos con una indígena de la zona que vendía unos particulares bollitos dulces. Nos acercamos a comprar y nos llevamos la sorpresa de que esos dulces amarillos y redondos llevaban el nombre de «chilenitos».
Chilenitos ecuatorianos muy distintos a los chilenitos de nuestro país.
Los bollitos venían en paquetes de cinco unidades y costaban un dólar. Estaban bien amarillos y espolvoreados con Panela, que es una especie de chancaca. Le consulte a la señora en qué consistían estos bocaditos dulces, y me señaló que era una mezcla de harina, huevos y leche, los que se moldean para tomar esa figura redonda. Los «chilenitos» son fritos y en esta ocasión no estaban bien cocidos.
Es típico ver por las calles de Quito estos carros donde venden «chilenitos».
Al pasar los días mientras seguíamos con nuestra ruta por conocer los lugares históricos que ofrece la ciudad de Quito, hicimos un paraje para desayunar en un restaurant que se llama «Cueva Gourmet». Acá pedimos un air coffé y unos chilenitos nuevamente. Sin embargo, y a diferencia de los que habíamos probado en la calle, estos estaban de mucho mejor sabor, se notaba una elaboración más delicada. Su masa, estaba cocida y tenían espolvoreado miel de panela, que es una azúcar refinada.
Chilenitos del restorant «Cueva Gourmet» en Quito.
Continuamos con nuestro recorrido y al día siguiente nos encontramos con otro puesto donde también vendían estos «Chilenitos», de curiosa me acerqué para ver como los preparaba una señora en una de las calles de Quito cercana al museo histórico San Francisco. Los bollitos se veían ricos, por lo que decidí comprar para tener una tercera opinión sobre su preparación y sabor. Me sorprendí bastante cuando vi que para su cocción de calidad industrial la mujer utilizaba unos 25 litros de aceite. Este último pastel a diferencia del chilenito que se probó por primera vez en la calle no tenía miel de panela, sólo estaba espolvoreado con azúcar no refinada, lo que cambiaba un poco su sabor final.
Cada paquete de chilenitos tenía un valor de un dólar en la mayoría de las calles de Quito.
Finalmente, luego de probar tres elaboraciones distintas de chilenitos me quedo con los de «Cueva Gourmet, que estaban mucho mejor cocinados y debo recalcar que tienen comparación a los otros dos que probé en la calle. Como pudimos apreciar los «chilenitos» de Ecuador no tienen ninguna similitud a los que conocemos por es nombre en nuestro país, acá en Chile, son unos pastelitos más elaborados, con manjar y con una cobertura dura de merengue, la que entrega un sabor mucho más especial.