el equipo de RutaLaGourmet fuimos a visitar un restaurant de comida hindú y quedamos muy satisfechas con el servicio: Rishtedar es su nombre y está ubicado en Holanda 160, Providencia.
Les comentaremos nuestra experiencia:
Cuando llegamos lo primero que llamó nuestra atención fue que tenía onda. Era hora de almuerzo y varias mesas ya estaban ocupadas, lo que significa que es una buena opción para los trabajadores o residentes de la zona.
También nos dimos cuenta de que las personas del servicio tenían una vestimenta exclusiva y autóctona de la India. La decoración del lugar era acorde a lo que servían, demostrando así que tienen claro que la estética y lo visual es muy importante cuando se está ateniendo público. Todo entra por los ojos.
Buscamos un lugar y no tuvieron problemas en separar una mesa para acomodarla justo donde queríamos. Además, nos permitieron tener una silla exclusiva para nuestros bolsos; ninguna mala cara.
Como era nuestra primera vez en aquel restaurant revisamos detalladamente el menú, el cual nos pareció muy atractivo pues tenía títulos para cada sección. Por ejemplo la sección «Rostros del pan» (como su mismo nombre puede insinuar) albergaba todos los tipos de pan que podían ofrecernos. Además de contar la historia sobre el nombre del restaurant y graficar una especie de tutorial.
Para acompañar nuestra decisión pedimos dos vasos de agua, dos pisco sour y pan tradicional con sésamo y cilantro.
Respecto al pisco sour seleccionamos uno chileno y otro peruano. Preguntamos sobre los ingredientes de cada uno y nos informaron que el pisco sour peruano contenía pisco tabernero de 45º, limón suki y goma mientras que el chileno se había elaborado con Alto del Carmen de 35º y limón chileno. Ambos eran deliciosos y tenían una muy linda presentación.
Sobre el pan es posible decir que era cómodo y suave al comer. La manera en que lo hacen consiste en una masa muy fina y alargada. Más abajo adjuntaremos una imagen que lo ilustrará.
Mientras bebíamos y comíamos, con la ayuda de uno de los mozos pudimos elegir, finalmente, nuestro almuerzo. La asesoría fue grata, aprendimos que es preferible no pedir un alimento con alto grado de picante cuando se es la primera vez en un restaurant de comida de estas características y que el pan que ofrecen debe ser comido con el plato de fondo. Elegimos entonces un arroz sencillo llamado Kashmiri Pulao que tenía frutas y especias ($4.800) y dos acompañamientos: uno de pollo y otro con camarones.
El de camarones llevaba por nombre Goa Jheenga Curri ($8.400) y consistía en camarones ecuatorianos en salsa al curry, cebolla, ajo, coco y especias.
Era un plato delicioso y cremoso. Hacía perfecta combinación con el arroz y untar el pan era exquisito.
Por otro lado teníamos la preparación con pollo que era un tanto picante pero no en extremo. Se llamaba Butter Chicken ($.7.500). Se trataba de un pollo en crema de tomate cocinado con mantequilla y masala que es una sala típica. Combinaba a la perfección con lo dulce del arroz. Quizás, una crítica a esta preparación sería que encontramos que no tenía mucho pollo.
Como resumen fue una muy grata experiencia. Y aunque los precios eran un tanto elevados para un par de ocasiones de manera intermitente la comida es buena y el servicio también. Lo recomendamos.